El portero de un edificio reclama 18.000 euros a la comunidad de vecinos por causarle ansiedad

E. V. PITA VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo del interior de la Cidade da Xustiza
Imagen de archivo del interior de la Cidade da Xustiza Oscar Vázquez

El conserje de Vigo se sintió víctima de un «hostigamiento» por varias broncas por las calderas, unos azulejos y fallos de internet

24 abr 2024 . Actualizado a las 23:58 h.

El portero de un edificio de Vigo reclamó 18.000 euros a la comunidad de propietarios porque, según él, la comunidad de propietarios le generó un acoso laboral que desembocó en una baja por crisis de ansiedad.

El portero prestaba servicios desde el 2022. Fue a juicio porque consideró que la comunidad de propietarios había vulnerado sus derechos fundamentales porque se sentía víctima de un «acoso laboral» o mobbing.

Los problemas empezaron cuando en enero del 2023 la comunidad encargó el recambio del intercambiador de la caldera de la calefacción de la comunidad. Algunos vecinos protestaron por la temperatura del agua y el portero, el presidente, el vicepresidente y un vecino de mal genio que no era propietario discreparon. A partir de ahí, el vicepresidente redactó unas normas para la portería que prohibían al portero acceder a la sala de calderas o manipularlas.

Más tarde surgió otro problema con los azulejos originales del edificio, que se guardaban desde hacía medio siglo o más. El vecino que no era dueño del piso los necesitaba para unas obras pero, por su propia iniciativa, una vecina solicitó los mismos azulejos al portero y este fue a buscarlos y se los entregó. Dado que el inquilino no encontró las piezas de cerámica, acusó al portero de haberlo engañado y remitió un WhatsApp: «Espero que mañana el azulejo que me habéis sustraído esté de nuevo en la vivienda del portero, el sitio donde lo tenía guardado bien sabe él dónde lo tenía guardado». Aseguraba que el azulejo era de su propiedad. Amenazó con ir a la policía a denunciar al portero si no aparecía la pieza porque era el único responsable de la llave del cuarto donde se guardaban.

Días después, el vecino no propietario se topó en el portal con el portero y le acusó del hurto. Lo amenazó con una sanción de la comunidad y con ir a comisaría a denunciarlo. El portero confesó que se los había dado a otro vecino y acabó denunciado.

Días después, subió la tensión con el mismo vecino, que en un encontronazo porque no le funcionaba internet llamó «tonto del haba» al portero y añadió: «Tú vas a durar menos que bueno... un pajarito». Otro día cruzó amenazas con el hijo del vecino.

Finalmente, el portero, denunciado por segunda vez, acudió al médico que lo dio de baja por trastorno de ansiedad y explicó que era objeto de acoso laboral. Lo había grabado todo en móvil.

El Juzgado de lo Social número 1 de Vigo, en una sentencia del 11 de diciembre del 2023, descarta el mobbing porque el acosador era un vecino que, efectivamente, no era propietario y, por tanto, no es parte de la comunidad. El juez contó cuatro episodios en siete meses, lo que considera como hechos «puntuales» y no un hostigamiento. Se trataría de malas relaciones con episodios aislados.